El futbolín
Concebido por Alexandre Campos, poeta que utilizaba el pseudónimo de Alejandro Finisterre, en plena Guerra Civil Española. Fue construido en 1973 por Francisco Javier Altuna, aunque la idea inicial perteneció al primero, el cual se aburría en el centro médico donde estaba internado, recuperándose de diversas heridas de guerra.
Dotado de 22 figuras, y unas cuantas barras metálicas clavadas en un tablero, el futbolín se concibió desde sus inicios como uno de los grandes inventos españoles del entretenimiento.
¿Y cómo sucedió el salto al panorama internacional? Su creador se vio obligado a emigrar, y se llevó su invento con él a países como Francia, México, Guatemala o Ecuador.
El cigarrillo
Aunque la denominación de “grandes inventos españoles” no tendría que figurar este elemento, tampoco se puede mirar hacia otro lado en este caso.
El cigarrillo se cree que se originó en la ciudad de Sevilla, cuando los mendigos de la zona recogían los desperdicios del tabaco de las gentes más pudientes. Los primeros, machacaban los desechos y liaban lo obtenido en papel de arroz.
Sin embargo, el salto a nivel internacional se dio cuando un inventor americano, James Albert Bonsack, creó una máquina capaz de producir miles de cigarrillos en pocos minutos. Pero no restemos importancia al origen hispano de dicha adicción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario